Estrada Palma, “el Santo Tomás”
Publicado 5 ene. 2024 El tiempo de lectura 4 minutosProfesor, durante años, en la Universidad de La Habana, general del Ejercito Libertador, Presidente de la República en Armas hasta su apresamiento por las fuerzas españolas, fundador y maestro de una escuela para niños latinos en Nueva York, vicepresidente del Partido Revolucionario Cubano creado por José Martí en Estados Unidos para organizar y dirigir en la Isla la llamada “Guerra Necesaria” de 1895, primer Presidente de la República de Cuba (1902-1906)
Hablamos de Tomás Estrada Palma, prócer que este 9 de julio es su cumple años 188, y que ha sido denigrado por el regimen de los Castro con feroz crueldad, al extremo de presentarlo como poco menos que el gran traidor de la historia de Cuba, a la vez que ha tratado de borrar sus grandes aportes a la libertad y bienestar del pueblo cubano, llegando incluso a derribar su estatua levantada en la Avenida de los Presidentes en la barriada del Vedado en La Habana.
El pecado capital del Presidente Estrada Palma, lo repetido por voceros gubernamentales de todos géneros y calañas, es haber solicitado la segunda intervención militar estadounidense en Cuba.
Estrada Palma quiso ir a un segundo mandato, aspiración que no califica como delito de Estado, y la oposición política se opuso de forma más que airada, llegando a organizar una insuburdinación de notable proporción.
Los hechos lo sobrepasaron, y atendiedo a la Enmienda Pllat apéndicis constitucional vigente, pidió la intervención de Estados Unidos. Fue un error político? La respuesta no es de estos tiempos, pertenece a su época y contexto.
Pero anterior a eso, Carlos Manuel de Céspedes, el hombre que encendió la llama de la lucha independentista, es decir el Iniciador, considerado el Padre de la Patria, solicitó al menos cuatro veces la anexión de Cuba a Estado Unidos.
Y en retrospectiva más reciente, Fidel Castro, autorizó, sin ningún soporte legal o moral, sustentado sólo en sus intereses políticos, el establecimiento de una base de armas atómicas de la Unión Soviética y de más de cuarente mil tropas de esa otrora potencia euroasiática en el territorio nacional de la República de Cuba. Hecho originó la nombrada como la Crisis de los Misiles de 1962, que, como es conocido, puso en punto de arrancada a los cuatro Jinetes de la Apocalipsis..
Pero Castro también es responsable de haber impuesto en Cuba el comunismo, una ideología foránea que no sólo violentó la historía y la idiosincracia del pueblo cubano, sino que, además, ha llevado al país a un cataclismo económico y social, que, en la actualidad, padece de una de las inflaciones más altas del mundo, con la inmensa mayoría de la población en peligro alimentario, con un permanente éxodo de más de 60 años que ha llevado a cerca del 20 por ciento de isleños a buscar ubicación en 79 naciones de diferentes geografía del planeta.
Si en la historia de Cuba hay que dar a alguien el calificativo de Gran Traidor, no debe existir dudas a la hora de opinar, es a Fidel Castro.
Por su parte, de Estrada Palma, a pesar de todas las maquinaciones urdidas contra él durante años por el oficilialismo, nunca han podido señalarle ningún acto de corrupción, tampoco a ninguno de los que formaron parte de su gobierno. Y muy por el contrario, esa administración ha sido señalada, por expertos en la materia, como la creadora del primer milagro económico del siglo XX, aunque en ese asunto no se puede negar la ayuda estadounidense.
De todas formas, lo cierto es que levantaron con rapidez la economía y el nivel de vida de la Isla que habia salido hacía poco tiempo de una guerra civil devastadora. Guerra Civil, porque la nacionalidad cubana no existía, y todos lo nacidos en territorio de ultramar bajo pabellón ibérico eran españoles.
El Presidente Estrada Palma, tras dejar su cargo, fue a vivir a Santiago de Cuba a una finca, propiedad de su familia. Allí murió el 4 de noviembre de 1908. Trayectoria similar, mucho después, es la del expresidente uruguayo, José Mujica, que tanto se exalta en muchos lugares. Pero a principio del siglo XX la divulgación era muy opaca o no existía; faltaba mucho para hablar de medios de comunicación masiva.
Su amigo entrañable, José Martí, el cubano con mayor reconocimiento a nivel mundial por su grandeza moral, cívica e intelectual, y Apostol de la Independencia de Cuba, calificó a Estrada Palma de “Santo Tomás”, después de eso, sólo es apropiado decir… amén..