Nación y Emigración, IV Conferencia

Las primera de esas conferencias la convocó Fidel Castro en 1978 bajo la premisa de, “La comunidad existe. La comunidad es una fuerza y a la comunidad se le toma en cuenta”.

En la convocatoria, el Ministerio de Relaciones Exteriores dice: ”El Diálogo del 78, impulsado por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, representó el inicio de un proceso continuo e irreversible de acercamiento entre Cuba y la comunidad cubana en el exterior el cual se ha visto fortalecido en el decursar del tiempo y la celebración de tres conferencias La Nación y la Emigración…”.

En toda esta historia, emerge una pregunta: quién es la nación? Está claro quien es la emigración, pero al parecer la nación es el régimen, es decir el Estado es la nación.

Si tenemos en cuenta, algo obligado, que nación viene de nacimiento, resulta que el régimen que obstenta una ideología extranjera es la nación, y, evidentemente, la emigración, los emigrados no entran ese esquema; por lo tanto se les está privando de los derechos naturales que otorga el hecho de haber nacido en un determinado territorio o país.

A si mismo, el nombre escogido para esos encuentros, “Conferencia”, exhibe el desnivel entre los convocantes y los convocados. Existente muchos otras denominaciones para ese tipo de eventos, entre ellos, plática, coloquio, dialógo, reunión. Pero esas voces sugieren igualdad, pero lo menos que desea el régimen es establecer, ni en teoría, paridad con los cubanos residentes fuera de la Isla aunque estos estén a su servicio.

A no dudar, los convocados ya están escogidos. Son aquellos que culpan de todo al “bloqueo estadounidense”, que aplauden o tratan de justificar el accionar del régimen en cualquier área y que sirven como abejas enviando algo de miel las arcas de la casta en el poder.

No obstante no tienen posibilidad, en caso de que a alguien se le ocurriera, de introducir en la Conferencia algún punto referente a reformas políticas. La convocatoria especifica los temas.

“Fruto del desarrollo de nuestra relación con los cubanos residentes en el exterior, las políticas nacionales hoy vigentes estimulan una mayor participación de estos en los procesos de desarrollo cultural y socio económicoque tienen lugar en el país. Sirva este encuentro como espacio propicio para debatir y trabajar juntos por la independencia, la justicia social plena y el bienestar de la Patria”.

Han pasado 45 años de la primera Conferencia de la Nación y la Emigración, nada significativo han logrado en ellas los participantes residentes en el exterior, ni siquiera la posibilidad de que los millones de cubanos asentados en diferentes naciones del mundo, puedan participar en las llamadas “Elecciones Generales” que el regimen realiza cada cinco años en cumpliminto de su llamada “democracia socialista”.

No es necesario acudir a nadie de los muchos que dicen predecir el futuro, ni a ningún viajero del tiempo, para saber que esa IV Conferencia de la Nación y la Emigración, transcurrira sin honor y gloria, fundamentalmente sin honor.