Una isla sin pescado

Publicado 5 ene. 2024 El tiempo de lectura 4 minutos
Una isla sin pescado
© Foto: Eye On Cuba

En la opinión de algunos de estos pescadores, las trabas para obtener un permiso de pesca son muchas, porque las entidiades encargadas de estos trámites otorgan un número muy reducido, y al mismo tiempo dificultan la operación.

La crisis alimentaria que sufre hoy la poblacion cubana, podría ser un poco menos severa, si la represión del gobierno no hubiera llegado hasta las mas humildes maneras de ejercer el viejo oficio de la pesca.

Sin embargo, el ingenio de muchos pescadores,que por su cuenta han decidido hacer esa labor, los ha llevado a sortear constantemente las leyes controladoras creadas por el gobierno, para tratar de desenvolver sus vidas y llevar que comer y como vestir a sus familias, so pena, en no pocos casos, de multas o años de cárcel.

De acuerdo con residentes del poblado de Bahía Honda, en la provincia de Artemisa, es muy difícil para quienes intenten practicar el oficio de pescador. Sea porque lo vieron en sus abuelos o porque sienten esa vocacion, poder salir libremente en un bote mar afuera y traer el fruto de su trabajo a sus hogares o comercializarlo libremente.

En la opinión de algunos de estos pescadores, las trabas para obtener un permiso de pesca son muchas, porque las entidiades encargadas de estos trámites otorgan un número muy reducido, y al mismo tiempo dificultan la operación.

Pero en caso de lograr la liciencia, aclaran, que también existen otras restricciones que empaña un buen desarrollo del trabajo; como sólo poder pescar los fines de semana, no poder capturar langosta, loro y cobo entre otras varias especies. Sólo pueden pescar, como máximo, unos 15 kilogramos, y no les está permitido usar redes.

Si violan algunas de estas disposiciones enfrentan, por primera vez, multas de 10 000 pesos y el decomiso de los equipos de pesca. Si se comete nuevamente la misma “indisciplina”, el infractor es presentado a los tribunales.

Por todos esos motivos, y alegando para sus conciencias que la mar nos pertenece a todos, son muchos los que se exponen a salir “por cuenta propia”, y como bien aseguran, jugársela a su suerte.

“Salimos en balsas inventadas, cazando a la policia; nos arriesgamos, pero con suerte podemos pescar y salir ilesos”, dijo uno de estos pescadores furtivos.

Y continúa: “Las restricciones son muchas, tantas que hay quién opina que este oficio, de tiempo ancestral y propio de una isla, está a punto de desaparecer, porque el riesgo es mucho , y los requisitos que exigen las autoridadeó demasiado.”

Por su parte, algunas autoridades gubernamentales han dado su valoración a esta emergencia argumentando teorías, y posible soluciones, que al menos han aportado risas dentro de la población.

En el programa, Mesa Redonda de la televisión cubana, la minsitra de comercio interior, Betsy Diaz Velazquez, dijo en referencia al tema que los peces de la plataforma insular, no alcanzaban para todos.

Jorge Luis Tapia Fonseca, vice prime rministro, por su parte manifestó que se podian criar peces en los hogares cubanos construyendo estanques en sus patios y áreas exteriores: Como argumento “persuasivo”, aseguró que esa fue una idea de Fidel Castro de la época del llamado “Periodo Especial” en los años 90 del pasado siglo.

Así tambien, el Presidente de Cuba, electo por Raúl Castro, Miguel Díaz- Canel, reconoció, en reciente sesión de la “Asamblea Nacional del Poder Popular”, que se había aprobado una ley de pesca, pero que no había pescado.

En la actual étapa de emergencia alimentaria, el atenuante podria ser un poco de pescado, alimento sano, en la mesa. Pero la realidad es que, quienes gobiernan en Cuba, le tienen miedo a la libertad, no importa el matiz.

Es por eso que no liberan las trabas que le imponen a todos aquellos que quieran emprender, esta o cualquiere actividad, que ayude a la sociedad cubana a ser independiente. A los efectos poco les importa que, desde que existe memoria, las islas, han capturado y comido pescado. Quizas el Estado, ya no considere a Cuba un país rodeado de mar.  

Autor: Amarilis C. Rey para Eye On Cuba

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